Imagen Principal Sophia2 768x337

Retos Sophia reúne a expertos en tratamiento del ojo seco

En el marco de la Reunión de Especialistas en el Tratamiento de Ojo Seco, Laboratorios Sophia, puso sobre la mesa los principales retos clínicos del ojo seco mixto y de la rosácea ocular severa, dos patologías con alta prevalencia que requieren diagnósticos precisos y estrategias terapéuticas integrales. A través de la presentación de casos clínicos complejos, la Dra. Beatriz Ortiz Figueroa y el Dr. Jesús H. Dávila compartieron experiencias, reflexiones y enfoques terapéuticos que refuerzan la importancia de un manejo multidisciplinario e individualizado en la práctica oftalmológica.

Ojo seco mixto: el verdadero reto clínico

La Dra. Beatriz Ortiz Figueroa, médico adscrita al segmento anterior del Hospital Conde de Valenciana y profesora titular de la Universidad Anáhuac, presentó la conferencia “Ojo seco mixto: el reto en superficie ocular”. Durante su ponencia, subrayó que hasta un 70% de los pacientes con ojo seco presentan una forma mixta, lo que exige un enfoque diagnóstico y terapéutico multidisciplinario e individualizado.

Como parte de su exposición, la especialista presentó el caso clínico de una paciente de 62 años con visión borrosa, quien acudió con el interés de someterse a una cirugía de lente intraocular premium. El análisis detallado evidenció la necesidad de evaluar exhaustivamente la superficie ocular antes de cualquier intervención quirúrgica. Durante la valoración, surgió la interrogante sobre la presencia de catarata, lo que motivó la realización de biomicroscopía, estudios biométricos y medición de aberraciones corneales.

Ficha de identificación

APNP APP A.        Traumáticos Antecedentes oftalmológicos Alergias AHF
Hogar HAS en tx

Enalapril

Negados Uso de lentes aéreos.

Utilizó lentes de contacto por más de 10 años.

Gatos

Penicilina

Negados

Historia clínica oftalmológica

OD Os
20/20 20/200
20/40 20/30 dif
-3.00=0.75 x 15°

Adición: +2.7

-2.75 = -0.75 x 165°

Adición: + 2.75

13 mmHg 12mmHg

Durante la valoración clínica surgió la interrogante: ¿tiene catarata? Para profundizar en el diagnóstico se realizó una biomicroscopia y estudios biométricos, complementados con la medición de aberraciones corneales. El análisis de error en todo el Wavefront reportó un error total con PV de 24 µm, RMS total de 4.108 µm, RMS LOA de 3.975 µm y RMS HOA de 1.036 µm. En la aberración activa, el pico a valle fue de 24 µm y el RMS de 4.108 µm, con calidad óptica (QS) calificada como adecuada y un valor de Z40 (aberración esférica) de 0.178 µm. Frente a estos hallazgos, la propuesta terapéutica incluyó Lagricel 1 gota en ambos ojos cada 4 horas, Aquadran cada 12 horas y la implementación de medidas de higiene palpebral, como parte de un manejo integral inicial.

La Dra. Ortiz invitó a reflexionar sobre una cuestión clave: ¿realmente existe el ojo seco puro? La evidencia muestra que la mayoría de los pacientes presentan un componente mixto, con elementos acuodeficientes y evaporativos que coexisten y complican el abordaje clínico. Sin embargo, muchos esquemas terapéuticos se enfocan en una sola causa, lo que limita la eficacia del tratamiento y la satisfacción del paciente.

El ojo seco puede clasificarse en dos grandes grupos: acuodeficiente, asociado al síndrome de Sjögren o a deficiencias lagrimales no Sjögren, y evaporativo, que puede ser de origen intrínseco —como la disfunción de las glándulas de meibomio o la baja frecuencia de parpadeo— o extrínseco, relacionado con factores externos como el uso de lentes de contacto, deficiencia de vitamina A o enfermedades de la superficie ocular. A estos se suman los efectos del entorno, tanto internos (edad, fármacos sistémicos, hábitos visuales) como externos (humedad, viento o condiciones laborales), que influyen de manera determinante en la aparición y severidad del cuadro clínico.

El tratamiento se plantea de manera escalonada e individualizada: desde medidas básicas como educación del paciente, modificación ambiental, lágrimas sin conservadores e higiene palpebral; hasta terapias farmacológicas como ciclosporina, lifitegrast, corticoides tópicos de uso breve, antibióticos o tetraciclinas. En casos más complejos, se incorporan procedimientos avanzados como suero autólogo, dispositivos de calor pulsado o IPL, y lentes de contacto terapéuticos; mientras que en cuadros refractarios se contemplan intervenciones quirúrgicas como tarsorrafia parcial o trasplante de glándulas salivares.

La especialista concluyó que el ojo seco mixto constituye la norma y no la excepción en la práctica clínica, por lo que su abordaje requiere estrategias combinadas.

Rosácea ocular severa: un desafío diagnóstico y terapéutico

Por su parte el Dr. Jesús H. Dávila, especialista en superficie ocular, presentó un caso clínico que ejemplifica la complejidad diagnóstica y terapéutica de la rosácea ocular severa. La paciente, una mujer de 44 años, fue referida por el servicio de reumatología debido a ojo rojo izquierdo y dolor, encontrándose en protocolo de estudio por enfermedad reumatológica.

En los antecedentes generales, se documentó que la paciente es originaria del Estado de México, dedicada al hogar, sin datos relevantes en los antecedentes heredofamiliares. Entre sus antecedentes personales patológicos destacan fibromialgia, estudio para lupus eritematoso sistémico (LES), dos cesáreas previas y eritema cutáneo desde el año 2007.

Respecto a los antecedentes oculares, la paciente refiere ojo rojo crónico desde el año 2008, con episodios recurrentes de conjuntivitis que han sido manejados con múltiples tratamientos sin alcanzar una resolución completa.

Exploración (6/6/2024)

OD OS
20/100 (.)20/50 AV PL
9 mmHg PIO 10 mmHg
5 seg TRPL
Ver foto BMC Ver foto
Retina aplicada FO Ecografía normal

El cuadro clínico se caracteriza por un diagnóstico de rosácea ocular severa con manifestación queratítica, complicado por la presencia de una úlcera corneal en ojo izquierdo y secuelas inflamatorias crónicas que reflejan la naturaleza avanzada y compleja del proceso patológico.

El tratamiento inicial establecido incluyó: Fluorometolona, Hialuronato de sodio, Dexpantenol, Timolol, Ciclosporina A y Doxiciclina, complementado con valoración por dermatología y recomendaciones de cuidados alimenticios y generales. Al mes de seguimiento, la paciente reportó mejoría sintomática aunque persistía con ojo rojo ligero, y no había logrado acudir a la consulta dermatológica programada. Los estudios resultaron negativos para Lupus Eritematoso Sistémico (LES).

El tratamiento instaurado incluyó un abordaje multifarmacológico con Fluorometolona, Hialuronato de sodio, Dexpantenol, Ciclosporina A y Doxiciclina, complementado con la derivación para valoración por dermatología. Este esquema terapéutico integral estuvo dirigido al control de la inflamación, la estabilización de la superficie ocular y el manejo de la patología de base.

A los nueve meses de seguimiento (marzo de 2025), se incorporó ácido azelaico en el régimen terapéutico y se indicó el uso de bloqueador con color como parte del manejo dermatológico integral. Paralelamente, el caso fue presentado al comité de trasplante del Hospital General de México (HGM), donde se decidió incluir a la paciente en la lista de espera para trasplante. El 5 de agosto de 2025, la paciente acudió al servicio de urgencias por presentar dolor ocular en ojo izquierdo, ojo rojo, sensación de cuerpo extraño y fotofobia, lo que motivó una valoración oftalmológica inmediata.

El tratamiento establecido incluyó un esquema integral compuesto por: Fluorometolona, lubricante a base de dimiristoil fosfatidilcolina (DMPC)-ácido hialurónico-aceite de ricino (4 veces al día), Ciclosporina A y Doxiciclina, complementado con valoración por dermatología y recomendaciones específicas de cuidados alimenticios y generales. Este abordaje multimodal estuvo dirigido al control de la inflamación, la estabilización de la película lagrimal y el manejo de la patología.

En el seguimiento del 19 de agosto de 2025 se observó una mejoría significativa de los síntomas y un aumento en la tolerancia a la luz. El tratamiento se mantuvo con lubricante a base de dimiristoil fosfatidilcolina (DMPC) -ácido hialurónico-aceite de ricino, Ciclosporina A y Doxiciclina, junto con recomendaciones de cuidados generales para mantener la estabilidad clínica alcanzada.

Se confirma el diagnóstico de rosácea ocular, una enfermedad inflamatoria crónica que cursa con periodos de remisión y exacerbaciones. Su prevalencia oscila entre el 5% y el 10% de la población, con una afección ocular presente en aproximadamente la mitad de los pacientes. Se observa con mayor frecuencia en personas caucásicas, incluyendo población latina, y tiene un claro predominio en mujeres. Generalmente, su inicio ocurre alrededor de los 30 años de edad, lo que la convierte en una condición con impacto significativo tanto estético como funcional en la calidad de vida de los afectados.

La rosácea ocular constituye una patología compleja y crónica, cuyo manejo requiere un enfoque integral donde el control de la inflamación, aunque desafiante, es crucial para prevenir complicaciones y preservar la función visual. Si bien los lubricantes no abarcan la totalidad del universo terapéutico del ojo seco, representan una base fundamental para la estabilización de la superficie ocular.

En este contexto, formulaciones avanzadas como Nanodrop® PF , desarrollada con tecnología Nanotech exclusiva de Laboratorios Sophia, emergen como herramientas clave: su composición libre de conservantes, enriquecida con propilenglicol y componentes estructurales que imitan la película lagrimal natural, garantizan una adherencia óptima y una lubricación eficaz, complementando estrategias antiinflamatorias y potenciando la calidad visual en pacientes con condiciones multifactoriales como la rosácea ocular.

El encuentro de la serie Retos Sophia destacó la relevancia de un abordaje integral y multidisciplinario para el manejo de patologías complejas de la superficie ocular, como el ojo seco mixto y la rosácea ocular severa. Los casos clínicos presentados reforzaron la necesidad de una actualización científica continua para enfrentar los desafíos terapéuticos actuales en oftalmología, optimizar los resultados clínicos y garantizar una mejor calidad de vida para los pacientes.

Imagen 1 Sophia2

Dra. Beatriz Ortiz Figueroa

Imagen 2 Sophia2

Dr. Jesús H. Dávila

 

Scroll to Top